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Los bancos en México
Caminar por las calles del centro, corazón de la Ciudad de México, representa un deleite para la pupila, arquitectónicamente hablando, y esto es así porque en él encontramos edificios de hermosos diseños que tienen más de trescientos años de antigüedad. Tal es el caso del edificio que hoy alberga a la Biblioteca y Sede Alterna de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ubicado en la calle de 16 de septiembre, esquina con Bolívar en la Colonia Centro y que en el año de 1864 fuera el establecimiento de la sucursal del primer banco en México el cual era de origen británico y se llamaba “The Bank of London, Mexico and South America”.
Y es justamente ese año a donde se remonta la historia de los bancos en México pues en efecto, aquel banco londinense fue el primero en establecerse como tal y brindar servicios bancarios en nuestro país. Sin embargo hasta once años después surgieron los primeros bancos meramente mexicanos, el Banco de Santa Eulalia y el Banco Hidalgo, ambos establecidos en el estado de Chihuahua.
Por su parte, en la Ciudad de México, el primer banco nacional fue establecido en 1881 con la creación del Banco Nacional Mexicano, aunque el capital con el que funcionaba pertenecía a un banco franco egipcio que tenía su sede en Paris.
A partir de esos años y durante más de tres décadas surgieron varias instituciones bancarias, que entre otras de sus facultades tenían la de emitir dinero, y no fue sino hasta 1917 con la promulgación de nuestra actual Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que se dio la facultad exclusiva de emitir dinero a un banco único controlado por el gobierno. Es así como nace a la vida jurídica el Banco de México que inició sus actividades hasta 1925.
No obstante lo anterior, fue hasta la década de los cincuenta que el sistema bancario comenzó a mostrar atisbos de lo que ahora es y en 1970 fue cuando se creó la figura de la banca múltiple que comprende las instituciones que actualmente conocemos como bancos.
¿Quién de los que tienen oportunidad de leer estas líneas no ha tenido por lo menos una relación con alguna institución bancaria o banco?
Nos atrevemos a responder a dicha cuestión afirmando que ninguno, ya que todos los habitantes de México, de manera directa o indirecta nos hemos relacionado con dichas instituciones, ya sea desde acudir a alguna sucursal bancaria a cobrar un cheque, a cambiar un billete o bien a contratar un servicio como aperturas de cuentas de ahorro o de crédito.
Thomas Jefferson, tercer presidente de los Estados Unidos de Norteamérica manifestó que “…las instituciones bancarias son más peligrosas que un ejército” y que “los bancos y las corporaciones que crecerán alrededor de ellos privaran al pueblo de su propiedad hasta que sus hijos despierten sin casa”.
Sin duda alguna el señalamiento anterior es una afirmación un tanto trágica, aunque en la actualidad y en no pocas ocasiones, cuando se hace uso inadecuado de los servicios que prestan las instituciones bancarias, la afirmación de Thomas Jefferson se convierte hasta cierto punto en realidad.
Sin embargo, para que ese escenario tan trágico no acontezca en nuestras vidas es necesario tener un conocimiento, por lo menos básico, de lo que son las instituciones bancarias que comúnmente las conocemos como “bancos”, qué servicios prestan y cuáles son los elementos que debemos tomar en cuenta para elegir a alguno de ellos.
¿Qué son los bancos?
Los bancos son instituciones financieras que de conformidad con la legislación mexicana tienen la facultad de prestar el servicio de banca y crédito mediante la captación de recursos del público para su colocación en el mercado nacional a través de la celebración de actos causantes de pasivo directo o pasivo contingente quedando el intermediario obligado a restituir el principal y los intereses que en su caso se hubieran pactado.
Dicho de otra forma, los bancos son las instituciones financieras que captan los recursos del público en el mercado nacional para ponerlos a disposición de otras personas.
¿Qué servicios pueden prestar los bancos?
Los principales servicios que pueden prestar los bancos son: recibir depósitos bancarios en dinero, otorgar tarjetas de débito, otorgar préstamos, créditos y expedir tarjetas de crédito, servicios de cajas de seguridad, avalúos y pagos por cuenta del cliente.
Más adelante, en artículos subsecuentes, nos daremos a la tarea de analizar en qué consisten cada uno de los servicios antes mencionados.
¿Qué aspectos tomar en cuenta para poder elegir un banco?
Para poder hacer una buena elección de la institución bancaria de la que contrataremos sus servicios o compraremos sus productos, siempre es necesario tomar en cuenta los aspectos cualitativos y los aspectos físicos.
Respecto de los primeros es indispensable y necesario que conozcamos cuáles son los productos que nos ofrecen, cómo es la atención y la comunicación con los clientes, la eficiencia y la rapidez en la atención, los costos, comisiones, elementos tecnológicos con que trabajan y ofrecen (banca electrónica), los tiempos de envío de correspondencia, consultas, atención telefónica , etc.
Por lo que hace a los aspectos físicos, es necesario tomar en cuenta la cantidad de sucursales, la ubicación, cobertura, seguridad de las instalaciones, ventanillas en sucursal, cajeros automáticos, horarios de atención, privacidad para operaciones de alto valor, etc.
Así que la próxima vez que acudas a una sucursal bancaria a contratar un servicio o comprar un producto, ya conoces los aspectos que debes tomar en cuenta y, por qué no, de paso hacer un breve recordatorio o reflexión sobre el origen de ese banco o sucursal al que estamos acudiendo, para así realizar operaciones con toda responsabilidad y evitar parte de las estadísticas que dan vigencia al pensamiento de Thomas Jefferson.
¿Y en materia fiscal?
Y recuerda, que uno de los medios que las autoridades fiscales tienen para controlar los ingresos percibidos por las personas, es a través de los movimientos bancarios, por ello es sustancial que para la elaboración de tu declaración anual no sólo se consideren tus constancias de ingresos y facturas o recibos, sino que además se analicen los depósitos que reflejan tus estados de cuenta bancarios. Los ingresos que se consideren para tu declaración deberán tener relación con tus depósitos bancarios. Si existieran depósitos que no deben incluirse en tu anual, el origen de los mismos deberá estar soportado debidamente, sobre todo, considera con especial atención tus depósitos en efectivo, ya que, en caso de que no los hayas declarado, seguramente recibirás invitación del SAT para regularizar tu situación fiscal. Por tal motivo, es importante mantener una relación estrecha con tu banco para estar en constante vigilancia respecto a los movimientos bancarios que realizas y mantenerte en orden fiscalmente.
Autora: L.C. Bibiana I. Nuñez Aguilar